viernes, 28 de noviembre de 2014

Circo Social, rumbo a la profesionalización de la praxis

La motivación a hacer y construir una mejor praxis (relación entre teoría y la practica) ha generado en nuestro país, la necesidad de profesionalizar mucho mas la utilización del Circo como herramienta de intervención y transformación social.

Siendo un país, donde aun el arte no es un lenguaje que se potencie como un medio de transformación social, sumado a la visión aun estigmatizada del circo, donde la construcción del concepto desde el ciudadano común, lo polariza entre el circo tradicional v/s el Cirque du Soleil, nos plantea un desafío mucho mayor, la validación del circo, tanto como herramienta psicosocial, como también como parte de la oferta cultural del país.

Es así, que durante los últimos años, la formación de los formadores de Circo Social y escuelas de Circo, sumado a la generación de encuentros de reflexión en torno a pensar el circo, desde su innovación y su aporte al cambio social, se han transformado en elementos claves hacia el camino de la profesionalización.

Quiero destacar, que no tiene relación con ser un profesional, ya que entiendo por profesional, a quien vive de lo que lo motiva su corazón y vocación, si no mas bien a conocer e intercambias, metodologías, experiencias, buenas practicas, aciertos y errores al momento de trabajar con las artes del Circo.

De esta motivación, surge primero de manera espontanea y gestado por cabeza de Martillo, un primer encuentro con Antonio Benítez, uno de los formadores de Circo Social, del equipo del Cirque du Soleil, quien comienza a platear inquietudes y visiones, que si bien habían acompañado la praxis en  nuestro país, no las habíamos pensando desde una mirada que mezclara la creatividad y nuestro quehacer desde el circo social. Primero vino el cambio de palabra monitor, a la de Formador, reflexión necesaria, ya que el circo lo que busca es que a través de las técnicas formar (o deformar) ciertas formas arraigadas de relación, como la violencia, la baja tolerancia, la dificultad al momento de resolver conflictos en forma no violenta, formando y desarrollando nuevas estrategias, que se han denominado Habilidades para la vida; segundo gran tema, como el Circo ayuda  a generar habilidades para la vida, que es llevar las habilidades que se aprenden en el circo como la perseverancia, el creer en si mismo, el apoyo con el compañero/a, el trabajo en equipo, la creatividad al momento de resolver conflictos, a la vida cotidiana, para que ayuden a desarrollar nuevas formas de relacionarse con otr@s y con el mundo.

Esta ventana que comenzó a abrirse, se fortaleció mucho más, cuando durante una semana, compartimos con diversos gestores y formadores, tanto de Santiago como de regiones, gran acierto que permite ampliar la reflexión, un segundo encuentro con Antonio, ya en un espacio mas formal y al alero de un programa adjudicado por el Circo del Mundo-Chile, en el cual pudimos profundizar mucho mas los conceptos que ya habíamos podido conocer, pero de manera mucho mas profunda y lúdica, en un espacio apto para el encuentro y la reflexión.

Desde estas experiencias, se levantaron muchas ideas, propuestas y desafíos, además de ir encontrando un rumbo que si bien estaba ahí, necesitábamos de alguna manera re-ordenar.
De ambas experiencias se logro generar un documento que sistematizará el proceso, siendo un acierto, ya que estos documentos, vienen a sumar a los que ya existen en el país, documentos que son un aporte para que desde la cabeza podamos entender lo que hacemos con el cuerpo, con la magia del circo y con el corazón.

Desde la red Chilena de Circo Social, hemos visto que esta necesidad de unificar visiones y co-construir nuevas, respetando lo que ya se ha ido vivenciando y construyendo, era un avance significativo hacia la profesionalización, es así que se gestiono una formación con Tomas Soko, Artista circense argentino, que realizo un taller de juegos malabares para artistas y profesionales que hacen Circo Social, que permite entender otras formas de utilizar las técnicas del circo, específicamente los juegos malabares, y como estos pueden ayudar a desarrollar la creatividad y las habilidades para la vida, de esta formación nos queda como elemento a reflexionar el de objeto mascara, como un elemento que se debe fortalecer al momento de desarrollar experiencias de Circo Social.

Con esta información, fue que se decidió generar una formación para los Formadores de la 3º Convención de escuelas y Circo Social, instancia que nos genero la necesidad y desafío de armar un equipo de trabajo, capaz de sustentar una formación, que pudiera de alguna forma, alinear las metodologías de los talleristas, buscando llegar al objetivo propuesto para la convención, que era generar un espacio profesional y protegido de intercambio de experiencias y de aprendizaje de las técnicas circenses, desde un enfoque integral, participativo, que respetara los conocimientos previos y los procesos de los distintos participantes del Convención.

Es así que hemos ido avanzando, desde el aprendizaje compartido, hacia una profesionalización, entendiendo de que cada paso, es clave para que el Circo Social, se valide cada vez mas como una herramienta de intervención y transformación social

  

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