Circo y coronavirus, el vinculo puesto a prueba.

Se preguntaron alguna vez ¿cual podría ser la mayor consecuencia de vivir en un mundo globalizado? ¿Qué podría afectar a un mundo donde todos estamos conectados a través de la internet? La respuesta puede ser si, no, tal vez o quizás, pero lo cierto es que hoy nuestro mundo y la forma de relacionarnos con él cambio, bruscamente y lo peor de todo es que no estaba (o no estábamos preparados).

Es difícil dimensionar lo que esta pasando en el mundo, cuando en la realidad estamos encerrados por precaución en nuestras casas, aprendiendo a vivir de una nueva forma, limitándonos a salir a lo estrictamente necesario (compra alimentos o buscar salud) que es lo mas necesario para perpetuarnos como especie. Volvimos a la cueva como en el periodo cavernícola, a tener miedo de las personas que no llevan una mascarilla o que estornudan en la calle, nos perdimos del mundo estresado y con miles de compromisos, por el estrés de estar en casa sin compromisos. 

Unos estamos aprendiendo a trabajar desde casa, a poner en practica lo que la vida y la academia nos enseño, para desenvolvernos detrás de una pantalla, donde no sentimos que estamos con otres, los estudios son virtuales, aumentando el estrés y la ansiedad y haciendo que el computador, la Tablet o el celular, sea la forma de estar conectados, he luchado muchas veces por evitar estar mucho frente a la pantalla para conectarme conmigo mismo y ahora es mi forma de trabajar, compartir, saludar y ver a las personas que quiero.

Sin duda el mundo cambio y la nueva realidad nos plantea un desafío muy importante a quienes trabajamos con las ciencias sociales y el arte, porque el reto va a ser muy fuerte cuando volvamos a juntarnos, será difícil (al menos eso pienso) volver a tocar a alguien como solíamos hacerlo en el circo social, para jugar, para entrenar, para hacer el circulo o simplemente para saludarnos con ese abrazo tan sincero y lleno de energía de cada participante, antes de comenzar la clase.

Debemos detenernos a pensar nuevas estrategias para poner en practica nuestra forma de enseñar, aprender y practicar circo, será un circo social – distante, porque lo que mas he aprendido a valorar es el vinculo con cada uno y una de los participantes, ese momento intimo del circulo de evaluación o del rito final, donde nos respirábamos todos juntos a un mismo ritmo. Como va a ser este circo social, donde las habilidades para la vida, son el respeto, la confianza, el vinculo. Como vamos a recuperar esta forma de trabajar si la regla primordial es el distanciamiento social. Como se enseñará un truco en la tela, trapecio o aro, como corregir un truco sin tocar el juguete del otro, como enseñar clown de las emociones, sin abrazarnos. 

Son muchas las preguntas que tengo y que me hacen reflexionar hacia donde girara el circo social en esta realidad, si bien estamos probando y un poco adictos a las clases-reuniones vía zoom no es lo mismo, sin bien puedo leer a mis amigos/as y participantes a través del grupo de whatupp no es lo mismo. Me debo detener a pensar nuevas formas, haciendo una invitación a mi creatividad a la de todes los que por curiosidad o interes leerán este texto, a generar nuevas estrategias pedagógicas para la enseñanza del circo, y no cualquier circo uno social que es una metodología de acción personal y grupal. Se rompen paradigmas y propuestas de intervención con esta nueva realidad. 

Esas fotos de formadores maquillando a sus participantes, haciendo pirámides o tirando pases de clavas, serán momentos que costara realizarlos de forma natural. Debemos apreciar el regalo mas preciado que tenemos “la vida” y ser responsables de cuidar-nos entre todes.

Han sido momentos necesarios para pensar el circo y su praxis, momentos para imaginar nuevas formas, momentos para dejar volar la imaginación y soñar que pronto volveremos a la carpa a seguir jugando, aprendiendo y creando un nuevo mundo, esta vez marcado por un virus global, que nos volvió a la esencia y a la fragilidad de nosotros mismos, nos volvió a "ser humanos".