domingo, 26 de agosto de 2007

El circo como herramienta de intervencion comunitaria (Lima 2007)

Quiero partir expresando que estoy muy feliz de haber mostrado el trabajo del circo social, y como hemos ido produciendo teoria desde la praxis. Por los comentarios que recibe creo que fue una exposicion experiencial, importante y que se cumplío y comprendio el objetivo de dara conocerla practica del circo social como herramienta "para" el trabajo comunitario. Se armo una red interesante alrededor de este tema tanto con compañeros, como con la escuela de Peru, La Tarumba, asi que con lo ocurrido me es mas importante el seguir trabajando desde el enfoque de hacer practica validando desde la teoria, arriesgando a crear, innovar y poner nombre a nuestra practica.
Aqui va una parte del documento enviado al congreso, si alguien lo quiere completo solo solicitelo, espero poder tener contacto con muchas personas y experiencias, para fomentar la reflexion critica, la participacion, la discusion y el desarrollo de nuevos espacios de trabaja para los psicologos y las psicologas, como lo propusieron por ahi, de la 3ª Generacion


PSICOLOGÍA COMUNITARIA Y CIRCO SOCIAL

La psicología comunitaria es aquella que trata de la comunidad y que es realizada en la comunidad, dejando abierta la discusión entre el trabajo comunitario y el asistencialismo. No obstante, si se consideran algunos factores que definen lo que se entenderá por comunitario, es importante notar que por sobre el asistencialismo se promueve la participación de la comunidad con un rol activo: en el que ella tendría acceso a incluirse con voz, voto y veto. (Montero, 2005, p. 67). Así, el circo social se instalaría en un contexto que, desde el paradigma de la psicología comunitaria, es importante, describir:
Montero plantea que la Psicología Comunitaria es aquella Psicología que se “Practica en, por, con y para la comunidad” (Montero, 2006 p. 68, en Riveros, 2006) y que viene a proponer un modelo epistemológico que envuelve los objetivos y alcances que el Circo Social busca generar. Primero, por su carácter Ontológico, tomando en cuenta que el rol de la comunidad y las personas que desean practicar este arte no son pasivas sino que activas en su proceso de aprendizaje, donde los miembros tienen derecho a participar en las decisiones o pasos que se van a dar siendo ellos los primeros afectados. Es así como, se parte del principio que los niños, niñas y jóvenes poseen los recursos para poder realizar la practica de este arte, donde el educador de las técnicas circense, toma el mismo rol del Psicólogo como un facilitador del proceso de aprendizaje de este arte (Montero, 2006).
Epistemológicamente; el circo toma la naturaleza del aprendizaje como un proceso mutuo donde el educador aprende de sus alumnos y ellos de el, transformándose en un proceso mutuo de aprendizaje de respeto, tanto por el saber del otro, como el que se forma de esta relación de aprendizaje y practica de este arte (Montero, 2006). Metodológicamente, como herramienta de intervención psicosocial, busca generar métodos que se transformen al mismo ritmo que cambia la comunidad, realizando un trabajo sistemático y según las necesidades de la comunidad no solo artístico a través de la practica de este arte, sino que también psicológico y social, involucrando temáticas que le interesen a los participantes, como a la comunidad, además de generar en los niños, niñas y jóvenes en cada una de las sesiones diversas herramientas tomando en cuenta que el circo genera una serie de Factores protectores que mas adelante se mencionaran.(Montero, 2006)
Políticamente el circo busca, a partir del trabajo en las plazas, multicanchas y centros comunitarios, reconocerse como una herramienta potente de trabajo no de una política partidista sino de lo público; trabajando en recuperar espacios públicos y en realizar muestras no solo dirigidas a lo artístico, sino también a promover experiencias e intereses a través de ellas. De los postulados de Montero en lo político cobra una relevancia importante, ya que la práctica del circo busca la validación de la comunidad, no sólo como una obra artística, sino también como una actividad que entrega diversos valores que buscan ser reconocidos y potenciados por la comunidad (Montero, 2006). De esto último surge la ética que, es la última dimensión que la autora propone. En la practica circense como educadores tiene un valor importante, ya que las diversas temáticas y herramientas que el circo busca generar deben ser reflexionadas y sistematizadas en un proceso estricto, donde la enseñanza de este arte no sólo se centre en la búsqueda de objetivos artísticos, sino que ayude a generar potencialidades y se cumplan los objetivos que los diversos programas de intervención psicosocial a través de las artes, busca a través de la utilización del arte circense (Montero, 2006).
Como fue posible observar, la perspectiva de la Psicología comunitaria latinoamericana, se muestra coherente con los postulados del Circo Social y, en este contexto, es posible plantear que este último puede servir de sustento-contexto para entender y aproximarnos metodológicamente a la investigación y acción en campo psicosocial. Este tema es relevante para la visión del trabajo comunitario a través del arte circense, ya que se busca incentivar la enseñanza y practica de este arte en la comunidad donde se desarrollan, interactúan y se desenvuelven los beneficiarios a quienes va dirigida esta intervención buscando fomentar el desarrollo de los factores protectores de los participantes a nivel comunitario, entregando y delegando a ellos la responsabilidad de proporcionar un espacio para que los niños/as y jóvenes puedan practicar este arte (Circo Ambulante, 2007), la intencionalidad es que al igual que la visión de la psicología comunitaria se genere un sentido de comunidad y de pertenencia.

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