La
siguiente reflexión surge desde la invitación a pensar y realizar una presentación
- ponencia sobre el circo social como un espacio que permite promover los
derechos humanos, en el marco de un seminario del curso de derechos humanos de
la UNAM- México. - invitación realizada por un compañero de circo social -
Diego Vargas, a quien agradecemos esta oportunidad interesante para re-pensar
nuestra praxis.
Esta
invitación fue un desafío porque nos hizo preguntarnos cuál es la relación de
la metodología del Circo Social con los DDHH, si bien nuestra praxis se basa en
los derechos de la infancia-adolescencia y enfoque de género, era necesario
reflexionar sobre cómo y de qué forma se reflejan, se protegen y se promueven
estos derechos desde el Circo como metodología psico-socio-artística.
Lo
primero para comenzar esta reflexión es plantear que “Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres
humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo,
origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición.
Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos
derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
Los derechos
humanos universales están a menudo contemplados en la ley y garantizados por
ella, a través de los tratados, el derecho internacional consuetudinario, los
principios generales y otras fuentes del derecho internacional. El derecho
internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que tienen los
gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de
actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos
humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos”. (https://www.ohchr.org/sp/issues/pages/whatarehumanrights.aspx)
Cuando
leemos esta definición, surge la pregunta ¿cómo la praxis del circo promueve
los DDHH, está dentro de nuestra visión y misión?, ¿poseemos la capacidad de
visualizar estos derechos en nuestra cotidianeidad de las acciones que
realizamos desde el circo social? Siendo está una oportunidad para una reflexión
crítica de cómo los derechos humanos se cruzan en nuestro trabajo.
Sin
duda desde que comienza el circo como herramienta de intervención social en el
año 1994. -- seguramente debe haber más
experiencias previas, pero pongo esa fecha desde que surge esta denominación dentro
del movimiento circense en Chile -- a los tiempos actuales el circo social
ha vivenciando un proceso de crecimiento teórico - reflexivo y crítico que han
ido modificando los objetivos, metodologías, praxis, ética de como el circo
puede ser una metodología de acción y transformación social.
Desde
esas reflexiones nos hemos ido planteando espacios de pensar y re-pensar
nuestro trabajo, situación necesaria para la mejora constante y la visión crítica
y constructiva de la praxis del circo. La invitación es que los diversos
espacios y formadores se planten estas reflexiones, para ir visualizando nuevas
prácticas y enfoques que integren los ddhh, de la infancia y adolescencia y el
enfoque de género en la metodología del circo social.
Cuando
surge la invitación me planteo las siguientes reflexiones de como los ddhh se
relacionan en el circo social.
- Derecho al arte, pero no como espectador pasivo,
sino como ser/seres creativos con el derecho, de vivenciar, crear, de
explorar esa necesidad humana de transformar la realidad desde el arte. -
- Derecho a ser creativos, siendo el circo puede un
espacio que estimula, alienta y fortalece constantemente la capacidad de
ser creativo como motor para la acción social.
- Derecho
a ser y hacer Comunidad, tanto comunidad dentro del espacio del Circo
Social, como en la comunidad donde viven les participantes, siendo
actores/actrices de su propia realidad.
- Derecho
a mejorar la Salud, sobre todo con las dificultades e índices complejos en
los indicadores de salud. El Circo ofrece un espacio para realizar
prevención y promoción de salud física, psicológica, emocional, social y espiritual.
-
- Derecho
a ser y hacer Comunidad, tanto comunidad dentro del espacio del Circo
Social, como en la comunidad donde viven les participantes, siendo
actores/actrices de su propia realidad.
- Derecho
a una Educación distinta, donde se respete y se promueva la participación
real, donde el derecho a voz, voto y veto este propiciado desde la
metodología del Circo Social. Una educación mirando a los ojos del otre,
en un círculo de iguales y no la nuca del compañere, como en la educación”
Formal”
- Derecho
a Jugar, desde la premisa que la metodología fundamental del Circo Social
es el juego, como espacio libre y creador.
- Derecho a la igualdad, equidad y respeto
por la diversidad.
Esta
reflexión surge desde la experiencia, seguramente existen más derechos que el
circo promueve, por lo tanto, esta publicación es abierta a un debate de ¿Cómo el circo puede promover el ejercicio de
los derechos humanos, desde el trabajo con enfoque de derechos y género?
La
única forma de construir conocimientos es desde pensar nuestra praxis, con el
intercambio de visiones, metodologías y experiencias, así que agradezco que
podamos compartir las respuestas y opiniones sobre la pregunta.
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